Tengo una tristeza en cada mano,
un paraíso, un expulsado desde antes de nacer.
Una cruz, y algunos clavos muy tiranos
nunca me fui a ningún lado y jamás pude volver.
Los retratos que según pasan los años,
borronean personajes que jamás van a volver,
desde ayer o desde siempre que recuerdo
cuesta mucho menos irse que preguntar o saber.
Mis memorias escritas en media tarde,
el quedarse escondido cuando había que correr,
hace un tiempo que el dolor está que arde,
quizás nunca puedas darme lo que supe merecer.
Dar la vida y a cambio sufrir engaños,
me los regalaste un día como prueba de tu amor.
la confianza la rematé como antaño,
y siempre me fue devuelta como una crucifixión.
Las paredes crían la desesperanza,
donde ayer había fotos hoy hay desolación,
descascara la memoria aquella lanza
que yo usaba cual Quijote contra algunos molinos.
Mis canciones, los dolores mas ariscos,
los engaños, las mentiras y algún rayo que cayó.
Todo esto quedó dentro de este disco,
junto al libro que mi Padre nunca me leyó.
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